25 feb 2010

El Casco Antiguo, nuestro aliciente anual

Sol y playa. Nuestro amado turismo consiste prácticamente en esto, en sol y playa. Pero no es nada que a día de hoy no sepamos. Para un ciudadano que vive en Calpe, la situación es clara y concisa: en verano hasta el límite de gente, y en invierno a partir de las siete o las ocho de la tarde ya no ves ni un alma por la calle. Si habláramos de calidad de vida, claro que nos daría igual. Menos gente, menos agobios. Faltaría más. Pero el problema es cuando entramos en el plano comercial. Mucho se ha hablado de reactivar el comercio en Calpe, etc... pero siendo sinceros, el problema es el siguiente: durante tres meses se trabaja muy bien dado al turismo que tenemos (que bienvenido sea), y el resto del año, a pasarlo a base de jugar a las cartas y cogerse jumeras monumentales (es un decir, no tomar al pie de la letra. Jeje).

El principal problema, es que eso es lo que vendemos al resto del mundo. Peñón, playa de La Fossa, playa El Arenal, y genial. La gran mayoría de turistas madrileños que conozco y vienen con una asiduidad asombrosa (una o dos veces al año) no conocen la zona urbana de Calpe. O dicho de otro modo: no conocen su casco antiguo. Sí, que bonita es la Avenida Gabriel Miró, pero cuando llegan a la Plaza Constitución, media vuelta y si te he visto, no me acuerdo. Y no sólo madrileños, hablo de muchos turistas en general.

Desde mi punto de vista, nuestro Casco Antiguo necesita una reactivación urgente. Y la solución no se encuentra en otra cosa que en la circulación restringida al tráfico.

La gran mayoría de cascos antiguos importantes de España y de Europa la tienen así, restringida. A partir de una determinada hora por la tarde, se corta al tráfico hasta pasadas las cinco o seis de la mañana. ¿Por qué? Sencillo. A la gran mayoría de turistas (y no turistas, maticemos) les gusta poder visitar y pasear a sus anchas, lejos del tráfico, del estrés, de incomodidades. Además, de que el entorno ambiental es mucho más limpio (lejos de contaminación acústica y medioambiental). Los vecinos ganan en calidad de vida, ya que en las horas de descanso no transitan vehículos (privilegio que tienen por la zona en la que viven). Y desde el punto de vista comercial, haría trabajar mucho más a todos los comercios, tanto los del Casco Antiguo como los de los alrededores, creando un circuito turístico y un tejido comercial estupendo (ya que para el turista que se hospeda en las zonas de playa, y tiene curiosidad por visitar nuestro Casco Antiguo, ha de atravesar avenidas y calles llenas de comercios). Pero para ello, necesitamos una promoción del Casco Antiguo sin precedentes, con una variedad de actos y espectáculos durante todo el año, con museos...y con la circulación restringida, por supuesto.

Benidorm es el claro ejemplo de a lo que hago referencia. Hace poco tuve que ir allí, y en pleno mes de Febrero, era increíble ver la cantidad de gente que transitaba el Casco Antiguo (visitando lugares, entrando en los comercios, etc...). El de Benidorm es un turismo que, a pesar de disminuir durante los nueve meses desde Septiembre hasta Junio, nunca deja de ser turismo. Lo que me gustaría poder decir de Calpe, mi pueblo. Seguiré soñando con mi Calpe ideal, estando plenamente convencido de que algún día, será posible.

18 feb 2010

Camarero, muchos parches para una rueda sin eje por favor

La semana pasada escribí sobre la incompetencia de nuestro presidente del gobierno para gestionar la crisis. Hoy, escribo sobre el debate de la crisis económica que ayer tuvo lugar en el Congreso de los Diputados. A pesar de tratar sobre el mismo tema, creo que la ocasión lo requiere.

 El último conejo que Jose Luís Rodríguez Zapatero se ha sacado de la chistera ha sido una comisión compuesta por Elena Salgado (vicepresidenta y titular de Economía y Hacienda), José Blanco (ministro de Fomento) y Miguel Sebastián (ministro de Industria); que deberán lograr un pacto con el resto de grupos parlamentarios en un plazo de dos meses. Esta es la propuesta con la que apareció ayer el presidente del Gobierno. Y me pregunto yo: después de dos años de crisis (tal vez un poco más), ¿ahora es el momento de tomar esta medida, esta iniciativa? Un plazo de dos meses para lograr un pacto, ¿y durante ese período qué? ¿a conformarnos con lo que tenemos? Por eso, la intención del presidente del Gobierno ayer no fue otra que la de dar la imagen de gran conciliador, de apertura y de ser una persona dialogante. Como digo, es la imagen que quería dar, pero no lo consiguió. Ha perdido su credibilidad a lo largo de esta legislatura. El resto de grupos parlamentarios se mostraron proclives a participar en esa comisión, salvo uno, el Partido Popular (y con mucha sensatez, debo añadir).


Mariano Rajoy dio a entender que no tenía disposición alguna a participar en esta última triquiñuela de nuestro presidente (triquiñuela porque no es la primera vez que el presidente del Gobierno propone pactos a los partidos, y luego el famoso dicho: si te he visto, no me acuerdo). Pero Rajoy estuvo verdaderamente bien. Le espetó que el Partido Popular lleva toda la legislatura ofreciendo un gran pacto de Estado. Le propuso una reforma fiscal (la supresión de la subida de impuestos como el IVA), la famosa reforma del mercado laboral y un programa de austeridad en el gasto, entre otras medidas. Más tarde, Zapatero retó a Rajoy a que "presentase una moción de censura", y Rajoy le contestó: "Si tuviera votos y si de mí dependiera, tenga la certeza de que usted no seguiría sentado ahí".

Desde mi punto de vista, el presidente Zapatero ha llegado a una situación crítica y no sabe qué hacer. Ya no se trata de buscar apoyos o de consensuar las grandes cuestiones de Estado con el resto de partidos: se trata de buscar socios que le saquen las castañas del fuego. Después de dos años ofreciendo la oposición un gran pacto de Estado, y no aceptándolo, ¿ahora quiere el presidente del Gobierno que le solucionen otros la papeleta? Todo lo que propone son parches para una rueda sin eje, que no gira y que hace tiempo que está pinchada, pero por todas partes. El coraje debería tenerlo Rodríguez Zapatero y actuar en consecuencia. Y una de las soluciones sería que dejase de malgastar el dinero de todos los ciudadanos. Pero claro, a este señor no le afecta la crisis. Un café le cuesta 80 céntimos, ¿no?. Como diría un buen amigo mío: Menos chorradas y más trabajar. Menos tonterías y más trabajo, que hay muchos que lo necesitan.

10 feb 2010

Como para hacer algo está la cosa...

Incertidumbre. Actualmente me encuentro en un proceso de incertidumbre. Y todo gracias a nuestro presidente del Gobierno y a su equipo, desde la ministra de Economía hasta el ministro de Trabajo. Porque en estos últimos dos meses, lo único que han conseguido causar en la práctica totalidad de la ciudadanía es incertidumbre. Aquí ya nadie tiene la certeza de absolutamente nada. Resulta paradójica e incluso insultante la grave situación por la que atraviesa nuestro país en estos momentos.

En primer lugar, porque antes de ganar las elecciones de 2008 Zapatero nos dijo que no había crisis (económica), cuando sí la había. Está claro que se trataba de una crisis económica mundial, sin precedentes. Pero con el añadido de que a España, aparte de la económica, le ha afectado la crisis del sector inmobliario. Nada que no sepamos a estas alturas. Lo que realmente me deja helado, es ver cómo la ha gestionado el Gobierno. Está claro, de pena. Ni una sóla medida coherente, ningún plan de acción eficiente, ninguna garantía de seguridad y estabilidad para los ciudadanos. Una vez ganadas las elecciones, pasados los primeros meses de legislatura, Zapatero reconoció la crisis y nos dio unos consejos (muy sabios por cierto) indirectamente: sálvese quien pueda, que esto no hay quien lo frene. No se podía parar, pero sí mitigar.


 En segundo lugar, porque los índices de paro no son para nada positivos. Actualmente pasamos de los 4.300.000 parados. Y no pasaría nada, se llegaría a entender que es debido a la crisis, pero Zapatero cometió otro grave error: como se puede ver en la imagen, el lema principal de su campaña fue "Motivos para creer: Por el pleno empleo". ¿Por que prometió pleno empleo si sabía que no podía conseguirlo? ¿Por que si sabía que los índices de parados iban a aumentar? Y para colmo de todos los males, tenemos unos líderes sindicales que ejercen más la función de políticos que de sindicalistas. De todos los millones de euros recibidos por los sindicatos por el Estado (cosa que en pocos países de la Unión Europea ocurre), los afiliados de a pie no han visto ni un sólo euro. Es el problema de tener líderes sindicales como Cándido Méndez o Hernández Toxo, que las únicas manifestaciones que dijeron iban a organizar era contra los empresarios (algo ilógico, ya que las PYMES generan más del 75% de empleo y riqueza en este país ¿no?). Está claro que no todos son blancos ni negros, ni buenos y malos, pero es así. Lo único que han demostrado los líderes de UGT y CCOO, es que no se escucha a los trabajadores que verdaderamente necesitan soluciones, y que saben bailarle muy bien el agua a Zapatero.

Y en tercer, y último lugar, porque la última locura que se le ocurrió a Elena Salgado fue avanzar la edad de jubilación a los 67 años. Una cortina de humo para ver cómo está el electorado, y a sabiendas de que es una medida que castiga principalmente a autónomos y trabajadores. Si no que se lo digan a carpinteros, albañiles, fontaneros,etc... gente con trabajos de gran dureza física, que a partir de cierta edad tienen el cuerpo muy castigado. Si la Seguridad Social no tiene garantías de futuro, que busquen otras medidas. Bajar las cuotas de pagos a la Seguridad Social para que los empresarios puedan contratar más gente, es una de ellas.

He oído a mucha gente motes para Zapatero como ZetaParo, ZePorro o ZoPenco, lo que denota el profundo malestar de la sociedad. Este presidente debería pensar en no volverse a presentar, porque su ineficienciea nos ha metido en un buen lío. "Vivimos bajo la lluvia y los caballos de cartón no son eternos". Pérez-Reverte, que gran genio. Que tengan un buen día.

2 feb 2010

El abismo entre la educación y la enseñanza

No es fácil distinguir entre estos dos conceptos. A día de hoy, la gran mayoría de personas en nuestra sociedad (y hablo de la española) no sabe diferenciar estas palabras, que aunque parezcan lo mismo, desde luego no lo son.


Más de una vez me ha sucedido (y sobretodo en mis tiempos en el instituto, que no hace mucho de eso), encontrarme con algún padre de algún alumno que ha acudido al centro de estudio de su hijo, ha interrumpido una clase para sacar al profesor y "decirle unas cuantas cosas": ¿Quien eres tú para expulsar a mi hijo de clase? ¿Con qué derecho le dices a mi niño lo que tiene y no tiene que hacer? "Si quiere hacer los deberes, los hace, y si no que haga lo que quiera". "Es que tú no educas a mi hijo". Y juro que eso lo he visto. En fin, ya ni de usted a una persona que no conoce. Y si empezamos así, mal vamos.


Porque a lo que me refiero, es que hay una gran diferencia entre educar y enseñar. Y nunca está de más decirlo. Porque a pesar de mi juventud e inexperiencia, es un hecho y una realidad que conviene tener presente.
El profesor (que de todo hay en la viña del Señor) tiene la noble tarea de enseñar al alumno, de otorgar una serie de conceptos académicos y de convivencia, de preparar al alumno para su futura vida profesional (en cualquier ámbito). Pero la educación, la función de inculcar unos valores morales, unas normas de comportamiento a los hijos está y estará siempre en los padres. Cómo comer en la mesa, cómo relacionarte, tu manera de pensar y de comportarte hacia los demás, es algo que se aprende en casa, no en la escuela. 

Pero el problema es que gran parte de la sociedad no tiene claro este punto. Aún recuerdo cuando al empezar el curso, mi madre ya pedía cita para hablar con mi tutor, y cuando llegaba a casa lo primero que me decía era: "Le he dicho que si haces alguna de las tuyas, no dude en darte un cachete si hace falta, y acto seguido que me llame, para darte yo otro". Suerte tuve, que a pesar de ser buen elemento, nunca tuvieron mis profesores (salvo alguna colleja ligera) que ejercer la potestad que mi autoridad maternal les había otorgado (pobre de mí). Pero a día de hoy, estoy orgulloso de poder contarlo. De poder decir que siempre he tenido claro que el que está con la mano en la tiza enfrente mía no es mi amigo (que por supuesto, puede serlo), sino que es una persona encargada de enseñarme conocimientos y prepararme para el día de mañana.

Así que cada vez que veo, o tengo conocimiento de que un padre ha ido al colegio o al instituto a amenazar a un docente porque le ha "echado la bronca a su hijo por no estudiar, por ejemplo", no puedo evitar cabrearme, deprimirme y pensar: ¿A esto hemos llegado en nuestra querida España? El problema es que por decir esto en la sociedad de lo políticamente correcto ya eres un "facha". En fin, pasen y vean, que éste es nuestro espectáculo.